4- Hexagrama 4 La Necedad Juvenil

Visitas: 483

4 La Necedad Juvenil.

La Necedad Juvenil, La Inexperiencia, La Inmadurez

Hexagrama 4 La Necedad Juvenil

Hexagrama 4 La Necedad Juvenil

 

Hexagrama 4 La Necedad Juvenil

Arriba Kén, La Montaña, el Aquietamiento

Abajo K´han, El Agua, lo Abismal

 

Cuando este hexagrama aparece en una consulta hace referencia al encuentro con el maestro. Este señala que es uno es quien se acerca y el maestro nos muestra el desenvolvimiento de los mundos sutiles.

Un Maestro puede estar señalado por una persona en si misma, pero también, por un acontecimiento o escena en la vida que me trae una enseñanza y por ende oficia como maestro o maestra.

Veamos los trigramas que componen este hexagrama. Adentro o abajo tenemos a el Agua, que es impetuosa, impulsiva y no mide. Son las emociones, el impulso de la juventud. El agua no teme, es difícil de detener ya que siempre encuentra por donde escurrirse. Pero también es la posibilidad de ir a la profundidad, a la sabiduría. Apropiarse del saber punto por punto sin dejar pasar nada, es la especialidad del agua. Fíjense que el agua no se salta ninguna instancia, va recorriendo todos los recovecos, rellenando todas las cavidades fluyendo, siguiendo el camino de menor resistencia. Este fluir, es lo que me va a permitir ir aprendiendo.

Por otro lado, arriba, tenemos la Montaña que es la detención, me puede dar serenidad, tranquilidad, experiencia, madurez y aplomo. Es una puerta de acceso a lo superior, un portal. Me permite rescatar lo valioso del pasado, pero también puede ser empecinada.

El Dictamen nos dice:

No soy yo quien busca al joven necio, el joven necio me busca a mí. Al primer oráculo doy razón.
Si pregunta dos, tres veces, es molestia. Cuando molesta no doy información.

La Necedad Juvenil es una invitación a observar si me estoy comportando como una joven necia, o, si estoy preguntando por alguien que se está comportando como un necio. También puede que sea el momento de emprender la búsqueda de un maestro.

Ahora, sí vengo preguntando sobre un tema y reitero la pregunta porque no me gustó la respuesta, e insisto, intentando que el I Ching me diga otra cosa y aparece este hexagrama, sin duda soy el joven necio; ya que uno sabe cuándo está tirando de la cuerda por demás.

Un maestro esta para que le haga preguntas y lo mismo sucede con el I Ching. Ahora, también puedo reconocer cuándo la pregunta es tramposa, creyendo que puedo engañar al I Ching, cuando en realidad me estoy engañando a mí misma. Si el maestro tiene experiencia, como en este caso, simplemente pasara de largo la pregunta sin contestar.

Y esto, no es así solo porque sin darse cuenta el alumno se está tendiendo una trampa a si mismo repreguntando para intentar obtener una respuesta diferente; sino porque el maestro sabe que si da dos o más posibilidades diferentes para resolver una misma incertidumbre seguramente confunda más al alumno de lo que ya está y este no sabrá qué camino tomar. Recordemos que a veces…

“Menos es más”

Por eso ante la insistencia el necio encuentra la puerta cerrada (montaña) porque no puede aprovechar el consejo dado y por ende no sabe hacia dónde dirigirse(agua)

El solo hecho de estar abierto a recibir la respuesta del maestro es una hermosa enseñanza en si misma. Por eso es tan importante poder construir muy bien la pregunta

También es importante ser muy honesto al formular la pregunta. Porque a veces tenemos una inquietud, pero nos da temor, pena o vergüenza preguntar algo y es ahí donde comienza la confusión. Es entonces cuando la respuesta dada, no responde a la pregunta formulada, sino a una preocupación latente, a un estado de ansiedad y preocupación que se refleja con mayor peso y necesidad de resolución que la pregunta en sí.

Entonces como expresa la Profesora Rosa Shapira en uno de sus textos

“…Estamos, en algunos casos tan acostumbrados a formular la pregunta al I Ching dentro de la relación causa-efecto que no nos percatamos, conscientemente, que hay un tiempo sin tiempo que transcurre como un bajo continuo imperceptible, destacando o señalando acontecimientos que quizás estaban pujando dentro de nosotros…”

Esto hace, que la relación que establecemos con el I Ching nos permita ahondar y profundizar en la relación con nosotros mismos. Permitiéndonos develar que es lo que verdaderamente necesitamos como consejo en este momento más allá de la duda que desencadenó el impulso a consultar, o la pregunta que se encuentra en la superficie. La respuesta estará dirigida a un interrogante o cuestionamiento más profundo.

Las líneas nos contaran como me relaciono con el aprendizaje, como me relaciono con los acontecimientos que me presenta la vida. 

Hexagrama 4 La Necedad Juvenil

La Necedad Juvenil

Si me permito ser creativa y tolerante. Si puedo lograr un equilibrio, entre este ímpetu interno, y el tiempo que requiere encausar algo.  Si tengo la capacidad de discernir que me nutre y cuando es el momento de seguir camino hacia nuevos horizontes. Si logro reconocer mi propia inexperiencia abrirme a lo que la vida me trae como aprendizaje y a tomar lo que pueda tomar de cada maestro que se me presenta en la vida.

Todo maestro, fue discípulo. Reconocer esto nos permite, asumir que muchas veces aprendo y algunas enseño. Porque la realidad es que un maestro mientras enseña aprende.

Hasta la próxima.

Laura Paradiso


Tu donación, por pequeña que sea, surge de la gratitud y es una bella forma de equilibrar el dar y el recibir.  Si disfrutaste de este artículo o te ayudo a esclarecer algún tema, gracias por tu reconocimiento. Tu elijes el monto.

Argentina  a través de MERCADOPAGO          

    Otros Países a través de PAYPAL


en la versión de Richard Wilhelm podemos leer

Meng / La Necedad Juvenil


Hexagrama 4 La Necedad Juvenilarriba Ken, El Aquietamiento, la montaña
abajo K’an, Lo Abismal, el agua


Por dos vías mueve este signo a pensar en la juventud y en la necedad. El trigrama de arriba, Ken, tiene por imagen la montaña; la imagen del de abajo, K’an, es el agua. La fuente que brota al pie de la montaña da la imagen de juventud inexperta. El atributo del signo superior es el aquietamiento, el del inferior es el abismo, el peligro. El quedarse quieto frente a un peligroso abismo es, además, símbolo de la desconcertada necedad de la juventud. Pero ambos signos implican, por otra parte, el camino de cómo superar las necedades juveniles: el agua necesariamente sigue su curso fluyendo; al emerger el manantial, de buenas a primeras no sabe, claro está, hacia dónde dirigirse, pero con su constante fluir va rellenando los sitios que le impiden el progreso, y así obtiene el éxito.


EL DICTAMEN

La Necedad Juvenil tiene éxito.
No soy yo quien busca al joven necio,
el joven necio me busca a mi.
Al primer oráculo doy razón.
Si pregunta dos, tres veces, es molestia.
Cuando molesta no doy información.
Es propicia la perseverancia.

En la juventud la necedad no es nada malo. A pesar de todo, puede incluso lograr el éxito. Sólo que es preciso dar con un maestro experto, y enfrentarse con él del modo debido. Para ello hace falta, en primer lugar, que uno mismo advierta su propia inexperiencia y emprenda la búsqueda de un maestro. Únicamente semejante modestia y diligencia acreditarán la necesaria disposición receptiva, que habrá de manifestarse en un devoto reconocimiento hacia el maestro.
Así, pues, el maestro debe esperar, tranquilamente, hasta que se -acuda a él. No debe brindarse espontáneamente. Sólo así la enseñanza podrá llevarse a cabo a su debido tiempo y del modo que corresponde.
La respuesta que da el maestro a las preguntas del discípulo ha de ser clara y concreta, como la respuesta que desea obtener del oráculo un consultante. Siendo así, la respuesta deberá aceptarse como solución de la duda, como decisión. Una desconfiada o irreflexiva insistencia en la pregunta sólo sirve para incomodar al maestro y lo mejor que éste podrá hacer es pasarla por alto en silencio, de modo parecido a como también el oráculo da una sola respuesta y se niega ante preguntas que denotan duda o que intentan ponerlo a prueba. Cuando a ello se agrega la perseverancia, que no cesa hasta que uno se haya apropiado del saber punto por punto, se tendrá asegurado un hermoso éxito.
El signo da, pues, consejos tanto al que enseña como al que aprende.


LA IMAGEN

En lo bajo, al pie de la montaña, surge un manantial:
la imagen de la juventud.
Así el noble, mediante su actuación escrupulosa, sustenta su carácter.

El manantial logra fluir y superar la detención rellenando todos los sitios huecos que encuentra en el camino. Del mismo modo el camino hacia la formación del carácter es la escrupulosidad que no saltea nada sino que paulatina y constantemente rellena todos los huecos como el agua, logrando así avanzar.

LAS DIFERENTES LINEAS

Al comienzo un seis significa:
Con el fin de desarrollar al necio
Es propicio disciplinar al hombre.
Deben quitarse las trabas.
Continuar así trae humillación.

Al comienzo de la educación debe regir la ley. La inexperiencia de la juventud se inclina, por lo pronto, a tomar las cosas con negligencia y como si se tratara de un juego. Debe enseñársele entonces la seriedad de la vida. Una cierta auto sujeción obtenida por la fuerza con rígida disciplina, es adecuada. El que sólo juega con la vida nunca llega a buen término. Pero la disciplina no debe degenerar en un ejercicio de amaestramiento. El amaestramiento continuado resulta humillante y paraliza la energía.


Nueve en el segundo puesto significa:
Soportar a los necios con benevolencia trae ventura.
Saber tomar a las mujeres trae ventura.
El hijo es apto para administrar la casa.

Se alude aquí a un hombre que no tiene poder externo, pero sí la necesaria fuerza espiritual para sobrellevar la responsabilidad que pesa sobre él. Posee la superioridad y fuerza interior necesarias para poder soportar con bondad las insuficiencias de la -necedad humana. La misma actitud cabe frente a las mujeres, en cuanto sexo más débil. Hay que saber cómo tomarlas y con cierta caballeresca indulgencia mostrarles reconocimiento. Únicamente en virtud de tal alianza entre la fuerza interior y la discreción exterior podrá uno cargar sobre sí la responsabilidad de conducir un organismo social de cierta importancia, obteniendo un éxito real.


Seis en el tercer puesto significa:
No has de tomar una muchacha
que ve a un hombre de bronce
y ya no es dueña de si misma.
Nada es propicio.

Un hombre débil, inexperto, que ambiciona ascender, pierde fácilmente su modalidad propia cuando se topa con una fuerte personalidad que ocupa una posición alta y a la que imita como un esclavo. Se asemeja a una muchacha que se abandona y se entrega al encontrarse con un hombre fuerte. No debe uno mostrarse solícito frente a semejante acercamiento forzado. Tal solicitud no sería buena ni para el adolescente ni para el educador.
Una muchacha, cuidando su dignidad, debe esperar a que se la corteje. En ambos casos, es indigno que uno se ofrezca a sí mismo; tampoco es bueno aceptar semejante ofrecimiento.


Seis en el cuarto puesto significa:
Necedad con cortedad trae humillación.

Lo más desesperanzado para la necedad juvenil es enredarse en huecas fantasías. Cuanto mayor sea la terquedad con que se aferre a tales imaginaciones apartadas de la realidad, con tanta mayor certeza atraerá humillaciones sobre sí.
Frente a la necedad corta de alcances el educador no tendrá menudo más remedio que abandonarla, durante un tiempo, a si misma, sin ahorrarle la humillación que le acarreará su comportamiento. Éste será entonces el único camino para su salvación.

 

Seis en el quinto puesto significa:
Necedad infantil aporta ventura.

Un hombre inexperto que de manera infantil y sin pretensiones busca enseñanza, tiene todo a su favor. Pues quien libre de soberbia, se subordina al maestro, se verá estimulado con toda seguridad.


Al tope un nueve significa:
Al castigar la necedad no es propicio
cometer abusos.
Solo es propicio defenderse de abusos.

Hay circunstancias que obligan a que un necio incorregible sea castigado. Quien no escarmienta, ha de sentir las consecuencias en carne propia. Este castigo difiere del sacudimiento usado al comienzo. Pero el castigo no debe aplicarse con ira; antes bien ha de limitarse a un rechazo objetivo de abusos injustificados. El castigo no es jamás un fin en sí mismo; únicamente debe servir para que se establezcan condiciones de orden.
Esto vale tanto aplicado a la educación como a las medidas que toma un gobierno frente a una población que se ha hecho culpable de transgresiones y abusos. La intervención del gobierno ha de ser siempre únicamente defensiva, teniendo como único fin el establecimiento de la seguridad y la tranquilidad públicas.


El Pozo de Agua


Solicita tu entrevista

Curso de I Ching

Curso I Ching modalidad a Distancia

WhatsApp (+54911) 57182899 

E-mail: ichingelpozodeagua@gmail.com

 



 

Sitios amigos

Tarjeta Personal Digital Interactiva

Tarjeta Personal Digital Interactiva



(Visited 348 times, 1 visits today)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *