Hexagrama 20 – La Contemplación

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La Contemplación – La Vista – 

Hexagrama 20 La Contemplación

Hexagrama 20 La Contemplación

 

Hexagrama 23 La Desintegraciónarriba Sun, Lo Suave, el viento

abajo K’un, Lo Receptivo, la Tierra

 

El tiempo de la Contemplación es un tiempo de transformación interior. Un tiempo para tomar perspectiva y ver las cosas desde un plano más elevado. El Viento planea sobre la Tierra, la recorre, esparciendo semillas de sabiduría e información. Por eso nos habla de la posibilidad de comprender aquello que se manifiesta ante nosotros. Aquello que, ya sea una ley, una manifestación de lo divino o información que desciende desde el cielo, desde lo superior representado por el Viento.

El Viento I Ching en Argentina Hexagrama 42 El Aumento El Pozo de Agua Laura Paradiso, que se encuentra en el trigrama superior, despeja la mente y permite que este conocimiento ingrese suavemente. Es quien unifica la información en su movimiento ofreciéndola como enseñanza u ofreciéndose a la vista, inclusive como modelo ya que el influjo  que emana naturalmente despierta en los demás un profundo atractivo y los transforma sin imposición.

Hexagrama 20 La Contemplación

Hexagrama 20 La Contemplación

La Tierra Hexagrama 23 La Desintegraciónse abre receptiva. Recordemos que la virtud de la tierra es la Fe por lo cual ella confía y se entrega a esto que desciende sin apuro.

Es por eso que el momento donde desciende esta información y comprendemos algo es sagrado, porque esa información nos transforma.

SIGNOS NUCLEARES

Si observamos Sus signos Nucleares Vemos que dentro se encuentra el Hexagrama 23 La desintegración que se amalgama perfectamente a este estado de contemplación, que redunda la desintegración del ego y posibilita comprender.

Hexagrama 20 La Contemplación

[pullquote]Seguir el camino del I Ching nos invita a ser dóciles como la Tierra y dejarnos conducir por este maestro que se expresa suave como el Viento[/pullquote]


LAS DIFERENTES LINEAS

Las líneas nos mostraran con un exquisito detalle en que posición nos encontramos respecto a esta posibilidad tanto de contemplar o de ser contemplados donde:

 La primera línea nos muestra la diferencia entre la actitud del noble y los vulgares. Que en definitiva son mis partes, son temores y mezquindades. La contemplación de párvulo es una mirada infantil. Me está mostrando que frente a la situación por la que estoy consultando, estoy teniendo una actitud poco madura. Entonces hay actitudes que para una criatura pueden pasar, para una persona madura son humillantes.   Por eso nos invita a observarnos. 

La segunda línea, independientemente de los comentarios que pueden sonar sexistas, en realidad me está mostrando es que, mi mirada es limitada.

Mirar por los resquicios de una puerta, como por una mirilla, me da una mirada extremadamente parcial y sesgada.

De hecho, si se transforma está en línea aparece La Disolución, (Hex 59), que nos propone disolver lo que me está separado de los otros, de este egoísmo separador qué hace que juzgue lo que sucede exclusivamente desde la parcialidad de mi pequeño mundo, sin tener en cuenta a los otros. 

En la tercera línea volvemos a esta invitación a observarme discriminando la mirada egocéntrica. Pero la diferencia principalmente radica en que ya no hace hincapié solamente en la actitud que uno asume, sino en lo que provoco en los demás con lo que hago, pienso o digo. Aquí la invitación es a la reflexión profunda que tiene que ver con la introspección, con la ampliación de la consciencia dándome cuenta de que no soy el centro del universo y que lo que hay afuera es espejo de lo que hay adentro. 

Esta cuarta línea alude a una personalidad que recibe la adhesión y reconocimiento de los que están alrededor, dotada para poder transmitir conocimientos. Son personas que despiertan conciencia, ya que tiene una mirada amplia y abarcativa. Al ser un huésped, puede ser un filósofo, un sabio o un profesional, alguien dotado de un conocimiento, que lo brinda sin adherir a una causa particular, sino que puede entrar y salir libremente dando su opinión o consejo. Por eso se lo honra y no se lo utiliza como objeto para lograr, por ejemplo, adeptos.  

La quinta línea siendo una de las regentes junto con la sexta es la que se muestra como modelo. Y como tal, necesita auto examinarse permanentemente. Para ver si es válido ese modelo que está ofreciendo. Es cierto que, en tanto humano, no esta libres de falencias. Y obviamente eso implica poder ver cuándo algo “no es” y corregir. Sí quiero ocupar un puesto de conducción como es este, necesito estar muy afinado.

La sexta línea nos habla de alguien que llego a un punto de elevación tal que puede comprender las leyes que rigen la vida, la existencia, incluso el universo. Aquí desapareció el ego. Habla de un sabio que se consustanció con el universo, está en paz y se liberó a sí mismo. No es que está más allá de los otros, está más allá de sí mismo, de su propia naturaleza. Es esa Ser especias, ese sabio o esa porción de Dios que todos llevamos dentro.

Este hexagrama muestra claramente un proceso que va en ascenso. Desde contemplar lo que desciende como modelo o enseñanza para luego reconocerlo en uno y transmitirlo hasta trascender lo personal.

Si esta línea muta se transforma en La Solidaridad (8).

Hasta la próxima,  Laura Paradiso


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en la versión de Richard pueden leer

Kuan / La Contemplación (La Vista)


Hexagrama 20 La Contemplaciónarriba Sun, Lo Suave, el viento

abajo K’un, Lo Receptivo, la Tierra

 


El nombre chino del signo, con una ligera variación de acento adquiere una doble connotación. Por un lado significa el contemplar, por otro el ofrecerse a la vista, el modelo. Tales ideas son sugeridas por el hecho de que el signo puede ser concebido como imagen de una torre, como las que se veían con frecuencia en la antigua China. Desde esas, torres o atalayas se abarcaba una amplia perspectiva en derredor, y por otra parte una torre de ese tipo situada sobre una montaña, era visible desde lejos. De este modo el hexagrama simboliza a un soberano que hacia lo alto contempla la ley del Cielo, y hacia abajo las costumbres del pueblo; pero que, además, dado su buen gobierno, constituye un elevado modelo para las masas. El signo se adjudica al octavo mes (septiembre octubre). La fuerza luminosa va retirándose, la oscura se encuentra una vez más en ascenso. Este aspecto, sin embargo, no se toma en cuenta para la explicación total del signo.


EL DICTAMEN

La Contemplación. Se ha cumplido la ablución, pero aún no la ofrenda. Pleno de confianza levantan la mirada hacia él.

El acto sacrificial comenzaba en China con una ablución y una libación, con lo cual se convocaba a la divinidad. Luego se ofrendaban los sacrificios. El lapso que media entre ambos actos es el más sagrado, pues es el momento de máximo recogimiento interior. Cuando la devoción está plena de fe y es sincera, el contemplarla ejerce un efecto transformador sobre quienes son sus testigos. Así puede observarse una sagrada seriedad en la naturaleza, en la regularidad con que transcurren todos los acontecimientos naturales. A un hombre predestinado a influir sobre la humanidad la contemplación del sentido divino .del acaecer universal le confiere los medios para ejercitar idénticos efectos. Para ello hace falta un recogimiento interior como el que produce la contemplación religiosa en hombres grandes y fuertes en su fe. Así contemplan ellos las misteriosas leyes divinas de la vida y, mediante la máxima seriedad de su recogimiento interior, dan lugar a que estas leyes se cumplan en su propia persona. En consecuencia, de la visión que ellos presentan de sí mismos, surge un misterioso poder espiritual que actúa sobre los hombres y los conquista sin que ellos adquieran conciencia de cómo ocurre.


LA IMAGEN

El viento planea sobre la tierra: la imagen de La Contemplación. Así los antiguos reyes visitaban las regiones del mundo, contemplaban al pueblo y brindaban enseñanza.

Cuando el viento sopla sobre la tierra llega a todas partes y la hierba se inclina ante su poder: dos procesos que encuentran su confirmación en este signo. Adquirían realidad en las instituciones de los antiguos reyes, pues éstos, por una parte, emprendían viajes regulares para poder contemplar a su pueblo, de modo que nada que fuese una costumbre viva en el seno del pueblo pudiera escapárseles: por otra parte, ponían en vigor su influencia gracias a tales costumbres, si eran desatinadas, se modificaban.
El conjunto alude al poder de una personalidad superior. Tal personalidad abarcará con su visión a la gran muchedumbre de los hombres y percibirá sus verdaderas disposiciones y pensamientos, de manera que ningún engaño sea posible ante él, y por otra parte su mera existencia, lo imponente de su personalidad, producirá en ellos una poderosa impresión, de modo que se guiarán por su orientación como la hierba se orienta de conformidad con el viento.


LAS DIFERENTES LINEAS

Al comienzo un seis significa:
Contemplación de párvulo. Para un hombre inferior no es defecto. Para un noble es humillante.

Una contemplación de lejos, carente de comprensión, es la que aquí se caracteriza. Hay alguien que actúa, pero sus acciones no son comprendidas por los hombres comunes. Esto no tiene gran importancia con respecto a la masa. Comprendan ellos o no los actos del sabio que gobierna: tales actos redundarán en su beneficio. Mas para un hombre superior algo así es humillante. Éste no ha de contentarse con una necia a irreflexiva contemplación de los influjos reinantes. Deberá contemplarlos y tratar de comprenderlos en sus nexos y relaciones.


Seis en el segundo puesto significa:
Contemplación a través del resquicio de la puerta. Propicio para la perseverancia de la mujer.

A través del resquicio de la puerta se tiene una visión restringida. Se mira desde adentro hacia afuera. El modo de contemplar aparece aquí subjetivamente limitado. Uno lo refiere todo a sí mismo; no es capaz de colocarse en el lugar del otro, de sentir sus móviles. Esto está bien para una buena ama de casa. No hace falta que ella entienda nada de los asuntos del mundo. Pero para un hombre que debe actuar en la vida pública, semejante forma de contemplación limitada y egoísta tendrá, desde luego, malas consecuencias. (1)

 

(1) La diferencia en la valoración de la conducta del hombre y la mujer no se limita a la antigua China, la imagen diseñada por Schiller en “La Campana” para caracterizar al ama de casa se mueve enteramente en la misma órbita.


Seis en el tercer puesto significa:
Contemplación de mi vida decide sobre progreso o retroceso.

Llegamos aquí al punto de transición. Ya no mira tanto hacia afuera para obtener imágenes más o menos restringidas o confusas, sino que la contemplación la dirige sobre sí mismo para obtener una orientación con respecto a sus decisiones. Esta contemplación adentrada constituye precisamente el modo de superación del ingenuo egoísmo en alguien que todo lo contempla únicamente desde su propio punto de vista. Así llega a la reflexión y con ello a la objetividad. El autoconocimiento, empero, no consiste en ocuparse de los propios pensamientos, sino de los efectos que emanan de uno. Únicamente los efectos producidos por la vida ofrecen una imagen que nos autoriza a decidir qué es progreso o retroceso.


Seis en el cuarto puesto significa:
Contemplación de la luz del reino. Es propicio actuar como huésped de un rey.

Aquí se alude a un hombre que conoce los secretos para llevar a un reino a su florecimiento. Un hombre así ha de ser colocado en un puesto decisivo desde el que pueda actuar. Debe ser un huésped, por así decirlo; esto es, debe poder actuar con autonomía, y merece que se lo honre y que no se lo use como instrumento.


Nueve en el quinto puesto significa:
Contemplación de mi vida. El noble está libre de fallas.

Un hombre que ocupa un puesto de autoridad y hacia quien los demás elevan la mirada ha de estar constantemente dispuesto al auto examen. La forma correcta de hacerlo no consiste, empero, en ponerse a meditar pasivamente sobre sí mismo, sino antes bien en el examen de los efectos que emanan de uno. Únicamente siendo buenos tales efectos y ejerciendo uno una buena influencia sobre otros, la contemplación de 1a propia vida le dará la satisfacción de verse libre de faltas.


Al tope un nueve significa:
Contemplación de su vida. El noble está libre de tacha.

Mientras que la línea anterior representaba a un hombre que se contempla a sí mismo, en este punto, en la posición más alta, queda excluido todo lo personal, todo lo que se refiere al propio yo.
Se presenta aquí a un sabio que liberado del yo y más allá del trajín mundanal, contempla las leyes de la vida, descubriendo así, como cosa suprema, la posibilidad de quedar libre de fallas.


El Pozo de Agua


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